Es una analogía del impacto que producen muchos de los actos cotidianos de nuestra sociedad sobre el medio, el ecosistema, la biodiversidad que nos rodea. Cómo algo mundano, cotidiano y que puede llegar a ser tildado de “bonito y necesario”, como, por ejemplo, una construcción arquitectónica, puede suponer el colapso, ocaso y total destrucción de todo un ecosistema, endémico o no, como ha pasado en la actualidad con el proyecto Costa Adeje, o como ocurre continuamente en las costas de las Islas Canarias. En esta exposición, el dibujante David Torres de Miguel demuestra que los humanos aún no han aprendido a aplicarse el término de “coexistencia”.